La forma de expresar sentimientos se hace con el lenguaje de los gestos. El bolso tiene un lenguaje.

En un tiempo, en épocas más románticas, por medio del bolso también se expresa el amor.

El Museo del Bolso conserva un ejemplo de bolso que se entrega a una amada y que transforma las rosas perecederas en flores permanentes.

Una pieza muy bien trabajada donde la frase «el bolso tiene un lenguaje» alcanza su máxima expresión.

Se trata de un sencillo ramo de capullos de rosas de todos los tonos, hechos en terciopelo de color negro con rosas en tonos negro, azul y teja.

La parte trasera del bolso está hecha en cuatro trozos de piel cosidas y corresponden a los tonos de las rosas.

El interior del bolso está forrado en seda y recrea el encanto del bolso antiguo.

Un bolso encantador que llama poderosamente la atención de muchas mujeres que se ven complacidas con ese presente, símbolo del amor o agradecimiento.

Una forma de recrear el pasado es por medio de diseños de bolsos que han alcanzado gran popularidad.

Las rosas convertidas en bolso es algo que gusta a todo el mundo y puesto que la moda siempre vuelve, es una buena forma de volver al romanticismo de épocas pasadas.

El Bolso tiene un lenguaje y en este caso esa expresión es deseada por todas las enamoradas como un presente de delicada atención.

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