La hasta ayer Primera Dama de los E.E.U.U. Melania Trump se despide con un bolso birkin en sus manos.
El vestido estaba compuesto por dos prendas de grandes firmas, un vestido de Dolce & Gabbana y una chaqueta corta de Chanel.
Sin embargo la prenda más emblemática, la joya del atuendo, ya de por sí enormemente costoso, fue el bolso de Hermès, nada menos que el Birkin en piel de cocodrilo de color negro.
La indumentaria al completo más se parecía a un funeral, en contraste con el azul que lució en la toma de posesión de su marido hace cuatro años.
Las miradas de muchos se concentraron en ese icónico complemento, valorado en sesenta mil dólares. Un bolso que le encajaba perfectamente en el conjunto y que denota un gusto refinado por lo más en el mundo del complemento.
La figura de Melania en la alfombra roja por la que recorrió los pocos metros que la separaban del helicóptero que trasladaría al matrimonio a Florida, nos deja una imagen de poder y de lujo.
Es posible que el bolso Birkin sea uno de los más admirados y coleccionables de la historia del complemento y la señora Trump lo aprovechó.
Melania Trump se despide con un bolso birkin en sus manos que no marca ya ninguna moda porque se ha convertido en el símbolo del poder y del lujo.
La canción de despedida, My Way (A mí manera), de Frank Sinatra, parecía un canto al estilo que » a su manera» la había convertido en una de las mujeres más elegantes del mundo.
El Birkin de Melania no era más que un tipo intermedio de las joyas de Hermés, ese mismo bolso con diamantes y herrajes de oro, ha llegado a alcanzar y superar la cifra de 300.000 dólares en el mercado.