Si Manolete levantara la cabeza y pudiera contemplar el bolso o cartera portadocumentos que dedicó junto al rejoneador Álvaro Domecq estarían orgullosos de verla en un Museo.
Dedicaron el bolso a un estadounidense que fue amigo común y está dedicada por ambas caras; en una con la firma de Manuel Rodríguez y en la otra la de Álvaro Domecq.
Esta reliquia, sellada en un ruedo ibérico para la inmortalidad, figurase en el siglo XXI entre las piezas más valiosas de un Museo de Bolsos en el país que consagró a ambos maestros.
Manolete en el recuerdo
Manoleteun torero que derramó su sangre y fue mortalmente herido por el toro «islero», en la tarde del 29 de agosto de 1947 en la plaza de Linares.
¡Si Manolete levantara la cabeza!. es un escrito que trata de la amistad entre Álvaro Domecq y Manolete.
Un bolso de museo
El Museo del Bolso siente orgullo de tener en su colección una de las insignias más entrañables de sus fondos. Contemplar ambas dedicatorias es recordar las gestas heroicas de inolvidables momentos de la tauromaquia.
Este bolso conserva el sello de una amistad con dibujos a plumilla de gran perfección, supuestamente realizados por el diestro.
El bolso está hecho de piel. Se utiliza para trasportar y guardar documentos en mano del apoderado del torero o miembros de la cuadrilla.
El bolso de Manolete se contrastó con la firma y letras originales del torero y refrendó por la Consellería de Cultura de la Junta de Andalucía.