El mítico bolso de Margaret Thatcher fue todo un símbolo de poder.
La que se conoció como «La dama de hierro» convertía casi todo lo que llevaba en objetos que alcanzaban mucha notoriedad, en primer lugar por la persona que lo portaba, pero también por las marcadas líneas de su forma sobria de vestir.
Su fuerte carácter, la persistencia y tenacidad de la defensa de lo que consideraba sus principios, le fueron marcando como la mujer que no se debilitaba ante nada ni ante nadie.
Naturalmente su presencia permanente en los principales círculos políticos y de poder, ponían la mirada en su indumentaria y en los rasgos de su personalidad.
De todos los complementos que usaba a diario y con los que se presentaba ante las más importantes personalidades del mundo, el mítico bolso de Margaret Thatcher se llevaba la palma.
El bolso testigo de encuentros
Ese bolso sencillo de Asprey, antigua tienda inglesa, Asprey & Garrard, fundada en Londres por William Asprey en 1781, de color negro y clásico en sus formas.
Fue testigo que encuentros memorables estuvo presente en la reunión con Ronald Reagan en la Casa Blanca o recibiendo a Mijaíl Gorbachov en Downing Street, por citar dos personalidades de su tiempo. Naturalmente también se paseó de su brazo ante la reina Isabel II.
También en España, la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (Faes), que preside José María Aznar, le concedió el Premio FAES de la Libertad en 2010.
Se la llamó «La diplomática del bolso» y hay anécdotas para todos los gustos. Todo aficionado a la comunicación política conoce la anécdota que presenta a Colin Powell advirtiendo a Gorbachov sobre el famoso accesorio: “Cuidado con el bolso”.
Bolsos a subasta
El Asprey es un bolso clásico, de tamaño mediano y asa corta, con remates de piel y remaches dorados en las asas.
Al menos dos de sus bolso fueron objeto de subastas muy llamativas.
En el año 2000 un comprador escocés adquirió uno de sus bolsos por 82.000 libras, aproximadamente 91.000 euros del momento.
En 2011, se subastó otro de sus iconos, en esta ocasión el precio de adjudicación fue de 25.000 libras (28.000€).
Pero por encima de estos y otros objetos personales de la «Dama de Hierro», los bolsos en general fueron los que mayor reflejo tuvieron para recordarnos la extraordinaria forma elegante y clásica de llevar ese complemento, hasta el punto de llegar a transformarse un icono de su personalidad.