En la mayor parte de las apariciones de la reina Isabel de Inglaterra con su bolso, nos sorprende la casi uniformidad de la forma de ese complemento a pesar de los modelos exhibidos.
Casi siempre el color negro lo combina con múltiples coloridos en vestuario, con llamativos sombreros e incluso zapatos, pero el bolso casi siempre es negro.
Un bolso que sigue las clásicas modas de los bolsos útiles de los últimos cincuenta años, un modelo tipo «Traviata» de charol negro.
El bolso preferido por la soberana es de la marca británica Launer, fundada en 1941, llegando a ser proveedora de la Casa Real en 1968.
El señuelo. La reina Isabel de Inglaterra con su bolso
La reina de Inglaterra con su bolso es algo más que un importante contenedor de los útiles personales de S.M..
Pero también esconde cierta complicidad con el personaje. La reina lo emplea como un señuelo.
Según el historiador Hugo Vickers publicado en la revista People,, con el bolso la reina se ponen en contacto con sus asesores de seguridad.
Cuando la reina se cambia el bolso de mano, quiere decir que le apetece terminar una conversación.
Si deja el bolso encima de la mesa, transmite el mensaje que está especialmente ansiosa por abandonar al personaje con el que está hablando.
Para poder ostentar el sello de «La Casa Real» requiere que sea otorgado por tres personas: la reina Isabel II; su hijo, el príncipe de Gales, y su esposo, el duque de Edimburgo.
El reconocimiento con la Garantía Real permite utilizar la insignia que la distingue, emplearla en publicidad.
Para confeccionar un bolso Traviata, como el que parece es el preferido de la reina, y uno de los diseños más famosos de la marca, se precisan ocho horas ininterrumpidas de trabajo.
El importe del preferido por Isabel II, según consta en la página online de la marca puede alcanzar los 22.324 euros en el caso del Traviata en piel de cocodrilo.
Pero volviendo a los señuelos de la reina, según The Telegraph, si la reina está en una conversación y discretamente mueve su bolso de una mano o brazo hacia el otro, indica que desea intervenir.
Pero estas señales no son únicas y forman parte de un repertorio de «mensajes cifrados» con los que Isabel se comunica en recepciones o cenas de gala con su equipo de seguridad y da instrucciones.
En definitiva el bolso de la reina es un «comunicador» imprescindible.