El bolso ritual Guaraní se empleó por algunas de las primitivas tribus del gran complejo mundo que formaba la «Nación Guaraní».
Ocupó una extraordinaria extensión de terreno que abarca zonas amplias de varios países: Paraguay, Argentina, Brasil o Bolivia, entre otros.
La hechura del Bolso ritual Guaraní es muy sencilla y cosido entre puntadas manuales, con hilos torcidos vegetales, remaches y el empleo de pieles curtidas vegetalmente.
Nuestro bolso Guaraní lleva colgado un amuleto de plata en forma de elefante y, a modo de limosnera, lo cierra un cordoncillo.
Está catalogado en la Categoría «Bolsos Étnicos» que corresponden a aquellos fondos que provienen de culturas y pueblos de diferentes lugares de nuestro mundo.
Algunas tribus guaraníes vivieron antes de la conquista como tribus semisalvajes, sin vestimentas que cubriesen sus cuerpos, sin embargo creyentes en sus dioses.
A partir del siglo XVI, el colonialismo dio lugar al mestizaje, a la separación de culturas y a parte del extermínio.
Españoles, portugueses y franceses ocuparon parte de sus territorios y, por imposición de su religión, pusieron en peligro su legendaria cultura.
A pesar de que la palabra «guaraní» corresponde a pueblos agrícolas, es posible que se les atribuya la denominación de «guerreros» por su defensa de territorios.
Los guaraníes hablaban un mismo idioma con diferentes lenguas y llegaron a formar una enorme cultura criolla bajo lo que consideraron una inmensa nación.
Los jesuitas respetaron la unidad del territorio guaraní entre los ríos Paranapanema, al norte, el Río de la Plata al sur, los Andes al oeste y el Atlántico al este, fundando en los siglo XVII y XVIII más de medio centenar de pueblos.