Desde nuestras páginas es de gran interés el bolso entre los inagotables tesoros de Egipto descubiertos en sus tumbas.
Ninguna cultura o civilización ha dejado tantos vestigios para la posteridad como fue la cultura de los antiguos egipcios.
En un pozo cerca de Luxor, arqueólogos españoles, en 2006, descubren una tumba de unos nobles que pertenece a la XVIII Dinastía, 1500 años a.C..
En la tumba del escriba Menna, en tiempos de Tutmosis IV en el siglo XV a.C., se produce un descubrimiento espectacular, en pinturas y grabados, aparecen escenas con esclavos depositando contenedores al pie de Menna.
Algunos dibujos se refieren a la economía del antiguo Egipto, mujeres portando alimentos en contenedores o bolsas que contuvieron aceites o perfumes.
En Saqqara se descubre, en 1940, una tumba que pertenece a un alto funcionario durante los reinados de los faraones Teti y Pepi I, durante la dinastía VI (2345 – 2173 a,C.).
El alto dignatario se llama Mehu y las pinturas son una revelación importante del uso de bolsos y contenedores.
Nos muestran campesinos que portan bolsas y cestas con alimentos u ofrendas como testimonio de «El bolso entre los inagotables tesoros de Egipto».
Escenas del difunto con aves o pescado en las riberas del Nilo son una evidencia de las costumbres antiguas de aquellas gentes, sobre todo en los referente al empleo del bolso.
Los egipcios emplean las fibras vegetales con torcidos para darles mayor consistencia.
Se han hallado restos de estos hilados que se empleaban para hacer bolsas.
También se encuentran en algunas tumbas, pequeñas bolsas para perfumes o grasas, atadas con cordones de fibras vegetales.
La sal divina
Es frecuente que en tumbas funerarias del Valle de los Reyes, aparezcan bolsas que contenían natrón.
El natrón es un carbonato sódico muy hidratado que, sobre todo, empleaban los antiguos egipcios para el embalsamamiento.
Reciben el nombre de «sal divina», algunas de ellas encontradas en la tumba KV54 perteneciente a Tutankamón.
Se observa además en pinturas de tumbas egipcias, bolsos conteniendo objetos personales del difunto que serán utilizados en la otra vida.
En la fotografía publicada por la revista Historia en el número 125, se aprecia el cortejo fúnebre del visir Ramose dirigiendo el sarcófago del noble a su morada definitiva.
Son muchas las pinturas que, de una u otra forma, nos muestran bolsos o contenedores empleados hace más de cuatro mil años.